Como ya les había contado antes, mi casa es una casita pequeña de interés social, es donde he vivido la mayor parte de mi vida desde que nací, así que prácticamente todo ya es muy viejo.
En el caso de la cocina, mi papá había hecho todos los muebles, después de que les dieron la casa a mi mamá y a él hace ya más de 30 años, esos muebles jamás se volvieron a cambiar. La única foto que tengo del antes es ésta, donde se aprecian las tablas caídas donde tenían los platos y vasos, donde les entraba mucha tierra y generalmente sólo se usaba uno o dos que eran los que se lavaban seguido y no se guardaban el tiempo suficiente para llenarse de polvo, pero en general la vista es horrible.
En la siguiente foto, les muestro un resúmen de cómo quedó al fina una vez que le di su manita de gato a la cocina.
Como podrán darse cuenta, es el mismo horno de microondas de la primera, y aunque no se pueda apreciar, también es la misma estufa, y aunque ustedes no lo crean, son los mismos muebles de madera de la prima foto, pero restaurados.
La alacena que tenía las tablas vencidas, le pedí a mi papá que me ayudara a quitarle precisamente todas esas tablas caídas, y junto con ellas, la parte del mueble que fungía como "vitrina" aunque de esa vitrina ya tenía muchos años que no lo era. Me le colocó un refuerzo de madera en la parte de atrás, lo limpiamos y yo coloqué pedazos de mosaicos que tenía arrumbados de la última remodelación del baño que tenían años en el patio, los pegué con pegapiso para que quedara una encimera funcional y pudiera servir para cocinar ahí. La pinté de blanco y pinté algunas partes en el centro de las puertas de color naranja (era la única combinación de colores que se me ocurría para el amarillo de los mosaicos de la cocina que no pudimos quitar) pero con pintura de pizarra. Mandé hacer cajones de madera nuevos y les coloqué la agarradera.
Para el fregadero, compramos una nueva tarja de acero inoxidable, ya que la que estaba antes era aún de fibra de vidrio, pero lamentablemente las cosas cada vez las fabrican más pequeñas, mi tarja de fibra de vidrio era más grande que la nueva de acero inoxidable, así que tuvimos que adecuarle una madera forrada con papel tapiz de tema de madera. Me colocaron una mezcladora (llave de agua) con una grifo alto, y mejoró bastante, ya que antes no tenía la mezcladora y tenía 2 grifos pequeñitos, uno de agua caliente y otro de agua fría.
La pared de bajo del fregadero se le hizo mantenimiento, se resanó y pintó del mismo color anaranjado de la encimera de madera.
Para los muebles de cocina de arriba, se hizo un poco de más trabajo, ya que estaban en desuso antes, y sólo tenía trastos que nadie usaba y hubo un tiempo que tuve infestada de la cucaracha alemana (se le llama tecuejo en México). Antes de este proceso ya se había tenido un proceso de fumigación de plagas. Después se quitaron todas las maderas para pintarlas una a una y una maderita de soporte que sirve para que no se cuelgue la tabla principal donde se colocan los trastos se cambió de posición de arriba (que impedía visibilidad) hacia abajo de la madera principal de la alacena. Por fuera de las puertas se colocaron molduras de madera para darle mejor vista.
Compré accesorios para colocar los platos y vasos y me deshice de todos los trastos que no usaba, creo que saqué aproximadamente 2 costales de trastos que no usaba y que sólo se estaba empolvando y haciendo viejos.
Para las ollas también compré accesorios para no amontonarlas y no tenerlas a la vista, coloqué unas pequeñas pestañitas en una de las puertas para así tener a la mano todas las tapas de las casuelas. El techo del interior se pintó de color naranja para contrastar con la pintura blanca que se usó en el resto de la cocina.
En la pared, coloqué una barra que armé yo misma con imanes, sólo coloqué varios imanes en un pedazo de cartón y lo cubrí con cartulina decorada. Me sirve para poner los cuchillos y también tenerlos a la mano. También, debajo de la misma tabla de los trastos (debajo de la alacena) coloqué molduras de madera de tal forma que sirvieran como cantineros extras, aquí tengo las copas que no me caben en el coffee-bar. Busqué algo que me sirviera para base de mis especieros que hice con frascos de Gerber, y encontré la base que se aprecia en la foto y la pinté de color naranja.
Pinté la puerta de la cocina y su marco que va al patio, del mismo color de la puerta principal de la entrada, que combina con el color de la madera de las molduras que coloqué por fuera de las puertas de la alacena alta. También en el cristal de la puerta puse un plástico que imita a un vitral.
Como el resto de la cocina se pintó con blanco, tanto en techo con pintura esmalte como en el resto de las paredes con pintura a base de agua, se me ocurrió colocar pegatinas de color negro y una muñeca de trapo que sirve para dispensar bolsas de plástico.